Después de un tiempo ya estoy de vuelta con ideas para sacarle partido a nuestra caja de luz y aprender jugando, ¿os animáis a seguir leyendo? y cuidado qué salpica 😉
Para poder ver nuestra primera reacción química vamos a necesitar:
- Una fuente transparente (nosotros hemos cogido la más grande que tenemos del horno tipo pyrex)
- Bicarbonato sódico (depende del tamaño de la fuente, el necesario para cubrir el fondo)
- Colorantes alimentarios
- Jeringuillas de los medicamentos de la última vez que nos visitaron los virus
- Vinagre (el más barato que tengáis por casa)
- Cubitera para hacer las mezclas de colores
Nos ponemos las gafas y comenzamos
- Cubrimos el fondo de la fuente transparente con bicarbonato
- Llenamos la cubitera de vinagre y con los colorantes empezamos a jugar con los colores, nosotros hemos dejado los tres básicos, rojo, amarillo y azul y en el resto de los huecos ha sido littlevega la encargada de hacer las mezclas y así ver los colores que salían
*sí tenéis miedo a las manchas y a los peque luego no les gusta lavarse las manos ponerles guantes, si quieren, porque se les transformarán las manos y luego costará estar frotando.
- Ahora vamos llenando las jeringuillas y dejando caer su contenido sobre el bicarbonato y ta chan o pspsssspssspsss aquí tenemos nuestra primera reacción química y lo mejor, littlevega (3años) me pedía si podíamos hacer otro experimento, así que todo un éxito la actividad y más de 30 minutos de entretenimiento.
¿Os animáis y compartís?
¿Qué será lo siguiente..?
Wow! Un experimento super curioso. Es una muy buena manera de acercar a las personas (sobre todo, a los más pequeños) al mundo de la ciencia y la “magia” que es capaz de hacer.
Aprovechamos para felicitaros unas felices fiestas y un próspero 2018! 🙂